
Una duda muy frecuente que todos nos hemos planteado alguna vez, especialmente si practicamos algún deporte: ¿Cómo sé si hay que aplicar frío o calor para tratar una lesión?
Crioterapia o aplicación de frío local
En general vamos a querer aplicar frío ante un dolor, justo después de un golpe o caída. El frío alivia la sensación aguda de dolor, reduce la inflamación local por el traumatismo y el espasmo muscular agudo. Se aplica entre 10 y 30 minutos de forma discontinua, de preferencia, cada 2 horas. Hay que evitar aplicar el hielo directamente sobre la piel, pues existe el riesgo de sufrir una quemadura.
Se puede aplicar para aliviar:
Traumatismo, hematoma
Esguince, bursitis, rotura muscular, calambres,
Después de entrenamiento intenso sobre músculo o articulación
Sobre músculo/tendón, aplicar en fase aguda (primeras 72 hrs)
NO se debe aplicar en caso de herida abierta o hemorragia, infección, alta sensibilidad al frío, síndrome de Raynaund, neoplasias ni trastornos vasculares periféricos.
Termoterapia o aplicación de calor local
El calor actúa como sedante, relajante, reduce dolor (tanto muscular como articular) y baja presión arterial (hay que tener precaución). Al igual que la crioterapia, se aplica entre 10 a 30 minuto de forma discontinua, cada 2 horas. No hay que aplicar sobre la piel directamente para evitar el riesgo de quemadura.
Está indicado para tratar:
Lesiones musculares (contractura, dolor)
Dolores articulares
EVITA su aplicación si existe inflamación (zona hinchada, roja y caliente), hemorragia, traumatismos recientes con inflamación o derrame, infección de la zona, hipertensión (valorar con profesional), tumores malignos o alteraciones de la sensibilidad.
En sujetos sanos que sufran una lesión leve haciendo ejercicio, no va a haber problema si se aplica cualquiera de los tratamientos, pero si existe algún tipo de enfermedad (flebitis, problemas de varices, hipersensibilidad a la temperatura…) es mejor consultar con un médico, enfermero o fisioterapeuta para elegir el tratamiento adecuado.